Germán Rivas, bioquímico: “Estamos empezando a entender cómo se ensambla una célula y eso es importante para conocer el origen de la vida”

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Santander, 30 de agosto de 2022.- “En el campo de la biología sintética, para hacer células artificiales, estamos empezando a entender cómo se ensambla una célula y eso es importante para conocer el origen de la vida”, ha manifestado Germán Rivas, profesor de investigación en el Centro de Investigaciones Biológicas Margarita Salas (CIB-CSIC) y secretario de la VIII edición de la Escuela de Biología Sintética Integrativa. Frontiers in Synthetic Biology. Esta mañana ha tenido lugar la rueda de prensa para presentar esta nueva edición de la escuela que forma parte de la programación de cursos de verano de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) y que ha contado también con la presencia de Rafael Giraldo Suárez, profesor de Investigación del Centro Nacional de Biotecnología - CSIC y Raúl Fernández, investigador en el Instituto de Biomedicina y Biotecnología (IBBTEC)-CSIC - UNICAN.

Rivas ha afirmado que la biología sintética es una disciplina joven que tiene “solo alrededor de unos 20 años” y que realiza un “enfoque novedoso para entender y ensamblar sistemas biológicos mínimos —con la menor cantidad de información posible— para que tengan una funcionalidad programada”. Es decir, “lo que queremos es diseñar y construir sistemas mínimos que puedan controlar en su función a través de células ya formadas que se reprograman para que hagan algo nuevo”, ha explicado. Todo ello, según Rivas persigue dos objetivos: por un lado entender cómo funciona una célula, cuál es el origen de la vida; y por otro, proporcionar las herramientas nuevas para buscar soluciones a problemas medioambientales y de salud que la población necesita solucionar”.

“El paso de sistemas inanimados a sistemas animados va a dar muchos progresos y va a haber muchos frutos de esa exploración”, ha afirmado, que ha añadido, además, que “existen dos vertientes en el campo de la biología sintética”. Por un lado, “una vertiente que utiliza la célula que se ha reprogramado” y por otro, “se utilizan sistemas artificiales que no son tan complejos como las células pero que desde el punto de vista de la bioseguridad o del control son más sencillos”.

 

Sobre el curso

El secretario del curso y profesor de investigación en el Centro de Investigaciones Biológicas Margarita Salas (CIB-CSIC) ha señalado que en esta edición, “la idea es mostrar a los alumnos un campo de frontera en la investigación de las biociencias” con el añadido de poder “encontrarse en la Magdalena para intercambiar, abrir nuevas perspectivas y nuevos horizontes”.

Por su parte, el profesor Rafael Giraldo ha destacado que “en ciencia la frontera no solamente está en las tecnologías más punteras sino en la interdisciplina” y que “si uno quiere entender un sistema biológico en detalle y en su conjunto necesita aproximarse al problema desde diversas perspectivas”. El experto en biotecnología microbiana se ha referido a la “fracturación del conocimiento” que están sufriendo muchas de las ramas científicas. “Antes se estudiaba biología, ahora tenemos biomedicina, biotecnología o bioingeniería”, ha comentado. La meta de esta Escuela es “intentar complementar o suplementar esta deficiencia, facilitando a los alumnos de distintas disciplinas el área biológica”. “Lo importante es que las generaciones jóvenes se vayan incorporando y tomen la antorcha en estas investigaciones”, ha apostillado el secretario del curso.

 

Aplicaciones

“Las perspectivas son enormes, la realidad ahora está en camino”, ha señalado Giraldo que se ha referido al presente y futuro de esta especialidad, y ha insistido en que “las aplicaciones son prácticamente ilimitadas”. “Hay auténticas esperanzas de que la aplicación de tipo médico (biomedicina) se pueda realizar con instrumentos radicalmente distintos, ha comentado”. En este punto, ha explicado que ahora se utilizan “células normales con una cierta reprogramación” pero que la idea es “crear entidades similares a las biológicas pero que hagan su labor terapéutica sin interferir con la célula normal”. De esta manera se evitarían posibles “efectos colaterales”.

Uno de los primeros productos que desarrolló la biología sintética en este campo fue la síntesis de la artemisinina, ha explicado el profesor de Investigación del CIB-CSIC, “una molécula base del más eficaz de los antimaláricos que se utilizan en medicina y que era  dificilísimo de conseguir a partir de un producto natural”. En este sentido, Rivas ha comentado que a veces,  “la química orgánica se encuentra con muchos problemas para producir grandes cantidades de moléculas complejas” y por eso, asegura, que si somos capaces de hacer esa reprogramación celular se puede obtener lo que necesitas”.

Otro de los campos en los que la biología sintética tiene un papel muy importante es en “el desarrollo de biocombustibles, produciendo moléculas orgánicas, acelerando ese proceso en el laboratorio y  pudiendo tener materias fotosintéticas que produzcan derivados del petróleo”. Y precisamente, dentro del contexto geopolítico mundial en el que nos encontramos, este es un tema que se está analizando ya que, según ha comentado Raúl Fernández, “está claro que no va a haber una fuente de energía alternativa y única al petróleo y sus derivaciones” por lo que va a ser necesario “desarrollar una batería de cosas alternativas”.

Esta área del conocimiento también tiene que ver con el cambio climático, ha asegurado el director del curso, ya que permite crear “microorganismos capaces de fijar el CO2” para convertir elementos tóxicos del aire en otros más respetuosos con el medio ambiente. “Esto es una revolución que también terminará llegando a la industria, que en algunos casos está empezando ya con bacterias que son capaces de generar corrientes eléctricas”, ha subrayado Giraldo.

Por último, la economía es otro ejemplo de campo “altamente relacionado” con esta disciplina y por ello, Rivas afirma que es “importante que la sociedad comprenda que  la investigación es fundamental porque al final es la que más rédito va a dar”.

 

Oportunidades laborales

Sobre las posibilidades que tienen los jóvenes españoles de poder desarrollar su labor profesional en este campo dentro de nuestro país, el secretario del curso ha asegurado que “prácticamente todos encuentran trabajo”, algunos en España y otros en el extranjero: “El perfil de estas personas es único y tienen posibilidades laborales tanto desde el punto de vista  industrial como académico  en cualquier lugar del mundo, incluida España”. Rivas ha dicho que a veces no se piensa “que puede venir gente de Harvard a España” pero que es posible. Asimismo ha incidido en que la ciencia es “probablemente una de las disciplinas donde la globalización de verdad funciona bien porque te sientes cómodo en cualquier lugar”.

Por otra parte, Raúl Fernández, experto en microbiología y genómica, ha puntualizado que “a veces cerramos el foco con eso de que es importante crear un ambiente para que los estudiantes se queden aquí, pero ese no es el problema” y ha explicado que la cuestión no está en “traerles de vuelta” sino  en intentar atraer gente de fuera “porque de ello va a depender la competitividad de las empresas y el desarrollo de nuestra tecnología”. “Es necesario invertir lo máximo posible  y de manera sostenible”, ha destacado.

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