Para Leonardo Padura (La Habana, 1955) son cuatro los "elementos principales que debe tener en cuenta un escritor a la hora de perfilar un personaje: lo psicológico, lo social, lo literario y lo dramático" y así lo explicó en la primera sesión de su taller ¿Para qué se escribe una novela? que organiza estos días la sede de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo en Sevilla dentro de la programación de los Cursos de Primavera 2016.
Con el sugerente título '¿Para qué se escribe una novela?' se ha celebrado durante tres días en la Casa de la Provincia de Sevilla el tallerliterario organizado por la Universidad Internacional Menéndez Pelayo a cargo del último Premio Princesa de Asturias de las Letras, Leonardo Padura, al que han asistido 32 alumnos. La propia directora de la UIMP Sevilla, Encarna Aguilar, destacó la trayectoria profesional y literaria de este escritor, que ha escogido la capital Hispalense como primera parada de su gira europea. "Sevilla es un lugar donde los cubanos no sentimos que estemos fuera de casa cuando venimos", reconoció el escritor.
El encuentro, dividido en cinco partes, se centró en el proceso creativo ligado a las novelas, pero también hizo hincapié en la creación de los personajes, tema que sirvió de arranque para el taller. Durante este curso, Padura se preguntó "¿para qué fue escrita 'La insoportable levedad del ser' de Milan Kundera?, ¿para qué escribió Manuel Vázquez Montalbán 'Asesinato en el Comité Central'? Y ¿para qué escribí mi novela 'Herejes'?
El escritor reveló que. desde hace años, cada vez que lee un libro, se pregunta: “¿Para qué escribió el autor esta novela?” De ahí que se decidiera a hacer una reflexión que tituló 'La novela, la barbarie y la naturaleza humana' y que ha sido la base argumental del curso que ha impartido en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo de Sevilla. “Algunos autores escriben para ganar dinero, otros para hacerse con un hueco en el mundo de la política pero, desestimando estos ejemplos mercantiles, me he hecho esta pregunta con libros que son para mí un referente literario”, explicó el autor al cierre del taller literario. Se refería, según aclaró, a 'El Quijote', que Cervantes concibió para poner fin a la tradición caballeresca de la literatura de su época; o a 'Conversaciones en la Catedral', de Vargas Llosa, que según Padura, “el autor lo escribió para explicar cómo se había ‘jodido’ un país”; o 'El extranjero', de Albert Camus, “puro existencialismo”. No fueron las tres únicas novelas contestatarias que nombró Padura durante el curso. El escritor cubano asegura que, más allá de la esencia que domina a cada historia, “todas las novelas deben satisfacer la necesidad del autor por comprender la vida”.
El último Premio Princesa de Asturias de las Letras dice que “cada literatura ha tenido que luchar con las miserias propias de sus tiempos”. Leonardo se ha preguntado una y otra vez ¿Para qué se escriben los libros?
Aunque el curso que ha impartido estaba repleto de reflexiones sobre la literatura de la que ha bebido Padura: Carpentier, Cabrera Infante, García Márquez, Reinaldo arenas, Vargas llosa, Cortázar, Vázquez Montalbán, Eslava Galán, Javier Cercas, Abilio Estévez, entre otros.
Antes de que se clausurara el curso, el escritor acabó dando una respuesta filosófica a su pregunta. “Las grandes novelas siempre consiguen conmovernos, acercarnos al conocimiento de la vida social y de la naturaleza humana”, dijo. El autor advierte que hay que tener cuidado a la hora de escribir una novela porque se puede abusar de ciertos elementos, como el exceso de datos, por ejemplo. “Hay que tener autocontrol y espíritu crítico con lo que uno escribe”, dijo ayer en Sevilla. Y como a él ese espíritu le falla también, Padura reveló que cuenta con un grupo de amigos que leen sus escritos y le hacen una crítica sincera. “Tenemos que encontrar otras miradas, pues cuando escribimos nos enamoramos de nuestro trabajo y nos creemos que es magnífico, pero debe haber alguien que te pregunte: ¿Para qué escribiste esto?”, señaló el autor de 'Herejes'.
Leonardo Padura asegura que él se pregunta antes, durante y después de escribir una novela ¿Para qué lo hace? Y su motivación siempre está relacionada con el interno deseo de practicar su voluntad. “El hombre no renuncia nunca a la libertad por propia voluntad”, concluyó Padura, citando a Vasili Grossman.
