Sede donde se gestiona
Santander
Lugar de impartición
Santander - Península de la Magdalena (Salón de Baile)
Dirección
Ángel Cordovilla PérezUniversidad Pontificia de Comillas, MadridSecretaría
Emilio José Justo DomínguezCentro de Estudios Teológicos, ZamoraDescripción de la actividad
El cristianismo no es directamente una cosmovisión del mundo, pero la presupone y la implica. No lo es porque es una realidad, ante todo y en primer lugar, de naturaleza teológica, es decir, que tiene su origen en la voluntad salvífica y comunicativa de Dios. Es un hecho de orden gracioso, que no requiere, de suyo, un presupuesto social, cultural, político determinado. Es decir, es válido en todo contexto cultural y en principio ha de ser compatible con cualquier cultura o comprensión de la realidad, añadiendo la necesaria purificación que el cristianismo realiza cuando se enraíza en cualquier cultura y sociedad. Pero la presupone y la implica, pues el cristianismo no nace ni permanece en el vacío, sino en la historia concreta de los hombres. Siendo fruto de la decisión libérrima de Dios, surge en un momento particular de la historia humana, determinada por unos presupuestos de comprensión específicos. Por tanto, sin estar ligado de suyo a una cosmovisión, sin embargo, de hecho, su aparición, sus libros sagrados, su mensaje, sus personajes más significativos están unidos a una comprensión del mundo determinada que hoy algunos denominan mítica, clásica, supranaturalista, religiosa, etc. que con la irrupción de las ciencias de la naturaleza está llamada a desaparecer, o al menos a no ser determinante en la acción humana. La cuestión de fondo que nos queremos plantear es si con un cambio de cosmovisión (de comprensión de la realidad) podemos seguir sosteniendo las afirmaciones fundamentales de la fe y de la teología cristiana: la afirmación de un Dios personal creador, que actúa y se relaciona en y con el mundo; el hombre como imagen de Dios libre y responsable en el mundo; la libertad de Cristo como lugar donde se concitan la acción de Dios y del hombre; la oración como forma sublime y fundamental de entender la relación entre Dios y el hombre.
La modernidad y la ilustración quisieron superar este estadio mítico, supranaturalista y premoderno mediante la razón, fuera esta teórica, abstracta, metafísica o ética, práctica e instrumental. La dialéctica fe y razón, Glaube und Wissen, fue el tema fundamental. Pero hoy el desafío para la fe cristiana es de otro orden. En la actualidad esta modernidad ilustrada ha dejado paso a una ultramodernidad científica y tecnológica donde se da un absoluto dominio epistemológico de la ciencia, siendo las ciencias naturales las que ahora imponen su modelo de comprensión de la realidad sobre la razón (filosofía) y la fe (religión). La mentalidad científica lo determina todo, y aunque sus raíces están en la modernidad, la supera. Pues ya no es la razón teórica (metafísica) o práctica (ética) la que se ha convertido en el criterio último de lo que es posible o de lo que es deseable; ahora es la ciencia empírica, en su versión de las ciencias naturales, donde todo ha de poder ser reducido a lenguaje matemático, la que se ha convertido en la pre-comprensión y en la imagen dogmática del mundo. Desde ella se decide, aun cuando sea de forma implícita, como ha de ser la relación de Dios con el mundo (teología) y la relación del hombre con la realidad (filosofía).