Los rankings han indicado a las universidades el camino hacia la transparencia

Santander. – En el segundo día de las VI Jornadas de Postgrado de la UIMP, que este año analizan ¿Cómo se mide la excelencia? han tenido lugar dos mesas redondas. En la primera, moderada por Julio Cerviño, profesor de Comercialización e Investigación de Mercados en la Universidad Carlos III de Madrid, han participado Jorge Martínez, subdirector Cátedra Unesco de Gestión y Política Universitaria, Elías Sanz, director del Instituto Interuniversitario de Investigaciones Avanzadas en Evaluación de la Ciencia y la Universidad de la Universidad Autónoma de Madrid-Universidad Carlos III de Madrid, José Eugenio Martínez, catedrático en Universidad en el Departamento de Economía y Gestión Forestal de la Universidad Politécnica de Madrid y Miguel Angel Garrido, profesor de Investigación del Centro de Ciencias Humanas y Sociales del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).


Jorge Martínez ha recordado el momento en que aparecieron los rankings de universidades, y cómo "eran descalificados, se tenía la idea de que eran algo perjudicial". Sin embargo, ha indicado que hoy en día nos encontramos con el resultado de una transformación: "Antes, las universidades no habían sido instituciones visibles ni abiertas a la sociedad, y esto les hizo concienciarse de que debían serlo". Según Martínez, se trata de instituciones bien valoradas por la sociedad, pero no puede considerarse esta valoración como una "carta blanca". El desconocimiento sobre el funcionamiento de los rankings, cuando comenzaron, hizo sentirse vulnerables a los equipos rectorales y, además, ha reconocido, las universidades no son "instituciones hábiles en comunicación a la sociedad".
Por otra parte, Martínez también ha afirmado que los rankings reflejan una inexacta versión de la realidad, ya que tienen un defecto de origen: "no miden lo que deben medir". Algunos elementos a tener en cuenta para corregir, según el catedrático, son "el tamaño de las universidades, su antigüedad y distinguir si se trata de una universidad generalista o tecnológica".

En favor de estas clasificaciones pesa que suponen un ejercicio de transparencia y también que, en opinión de Martínez, "son una herramienta importante en el rendimiento de cuentas". Además, ha añadido, enseñan la senda de "los que lo hacen mejor".
Las universidades hoy tienen enorme interés en aparecer en los rankings porque así consiguen poder, influencia, mejoran la estrategia de alianzas y la captación de talentos, y, además, consiguen atraer más fácilmente recursos públicos y privados a través de contratos y mecenazgos.

En la segunda mesa redonda, moderada por María Molina, catedrática de Microbiología de la Universidad Complutense de Madrid, y Miguel Ángel Bañares, profesor de Investigación del Instituto de Catálisis y Petroleoquímica de EEUU han participado: A. Lindsay Greer, profesor de la Universidad de Cambridge, Gerard van Koten, profesor distinguido del Deybe Institute de la Universidad de Utrecht y Murray Gibson, decano de Ciencias de la Northeastern University.

Fotografía de Pablo Hojas