Jon Juaristi señala la dificultad de definir la “función social” de los estudios de Letras y su “escasa salida profesional”

Santander. – "No sabríamos decir con exactitud para qué sirven los estudios de Letras". El escritor y catedrático de Literatura Española de la Universidad de Alcalá de Henares Jon Juaristi ha incidido en lo "difícil" que es "definir la Función social de los estudios de Letras". Los alumnos de la XV Aula de Verano «Ortega y Gasset». Iniciación a la universidad I han recibido una panorámica de los estudios hispánicos que no ofrecen unas "expectativas profesionales demasiado brillantes".

En su intervención, el poeta, novelista y ensayista ha señalado una situación de "divorcio innegable" entre estos estudios y el "trabajo remunerado", ya que sufren una "salida profesional escasa". Si, hoy en día, al salir de la universidad, "no se ven abocados al paro directamente", los profesionales pueden dedicarse a la "enseñanza, gestión de empresas culturales o espacios culturales públicos y edición de libros o revistas", aunque -ha puntualizado Juaristi- no hay que hacerse "ilusiones" porque "el papel sobrevivirá un tiempo".
Sin embargo, ha insistido en que "los estudios de letras no matan" y que, además, "divierten mucho". Para el poeta "los contenidos son apasionantes. Estás en contacto directo con obras de arte del lenguaje que no sólo proporcionan modelos importantes para el uso de la lengua, sino un verdadero placer de lectura". En la universidad "fundamentalmente se enseña a realizar critica textual e interpretación de los textos –ha explicado- que se resume y traduce en aprender a leer". A su juicio, la lectura es una de las "actividades más importantes y definitorias del ser humano" y una "vía privilegiada para acceder a la condición humana".
Durante su exposición, basada en la contextualización de esta disciplina desde una perspectiva histórica, el profesor ha recomendado a los alumnos del Aula de Verano no hacerse "excesivas ilusiones, porque hay que subrayar que el papel de los estudios literarios en el sistema universitario ha empeorado bastante desde los años 60". Según Juaristi, esta época "dorada" por una serie de cambios sociales impregnados de "efervescencia cultural", estuvo influenciada por varios factores entre los que ha destacado el "boom de la Literatura hispanoamericana del siglo XX, con Borges, Vargas Llosa o García Márquez, fuente de innovación para las letras españolas".
En esta línea, el ensayista ha rememorado lo que supuso este descubrimiento que "nos abrió un mundo nuevo y desconocido más rico de lo que había en la península en esos momentos". A lo que se sumó, entre otros factores, la "nueva retórica poética con un lenguaje semiculto y de la calle, y que derivó en el enriquecimiento y liberación del lenguaje".
Por último, el profesor ha explicado cómo afectó al estudio de las Letras la revolución en las metodologías y teorías en los años 60. "La crítica textual vigente era muy positivista, pero aparecieron otras teorías, entre ellas el estructuralismo, que en principio se aplicó a la lingüística y luego se extendió a las ciencias naturales". En definitiva, la lingüística estructural podía servir para estudiar "todos aquellos objetos de estudio que existen por convención". Una metateoría que permitía "aproximarse a la lingüística como matemática de las Ciencias Humanas", ha señalado Juaristi.
Lo que en principio –ha puntualizado- sirvió para paliar "la falta de rigor científico en las ciencias humanas duró poco tiempo" porque sobrevino una "crisis epistemológica en los años 80". Y es que, según ha expuesto, las "ciencias cognitivas, que sostenían que el lenguaje no se sustenta en la convención, reivindicaron que está inscrito en la naturaleza humana". En las neurociencias se ha incorporado el estudio de la Lingüística, un golpe del que, ha lamentado, las Letras "no se han recuperado".

 

Fotografía: Pablo Hojas