Xavier Prats asegura que “Europa ha perdido la fe en el poder transformador de la educación”

Santander.– Que la tecnología ha sido un motor de cambio constante en todos los ámbitos de la vida humana es un hecho y, por ende, la educación vive una profunda transformación en todo el mundo. A analizar los retos de futuro de Europa en el ámbito educativo ha dedicado su ponencia Xavier Prats Monné, director general de Educación de la Comisión Europea, durante el encuentro Quo Vadis Europa III? Nuevo ciclo político: crecimiento, energía, clima y vecindad, dirigido por Josep Borrell, expresidente del Parlamento Europeo. El curso ha sido inaugurado por Rodrígo Martínez-Val, vicerrector de Innovación y Desarrollo de Proyectos de la UIMP.

Prats ha explicado el impacto que la tecnología ha tenido en la educación, y ha asegurado que la diferencia entre Europa y otras zonas del mundo que han evolucionado notablemente en este ámbito es que en el Viejo Continente "no tenemos confianza en nuestro futuro y hemos perdido la fe en el poder transformador de la educación". Al igual que tras la Segunda Guerra Mundial Europa se recuperó en apenas diez años gracias a una generación de constructores, ahora "hay que reconstruirse de la crisis con una generación de educadores", ha afirmado.
Prats ha evidenciado cómo la tecnología ha modificado y deconstruido la educación tal y como se conocía: "Ha transformado radicalmente no las mentes ni las facultades, sino la manera de enseñar". Así, se ha referido al cambio de roles, por el que los profesores son hoy también investigadores, y de los tiempos y contenidos. "En 2020, la mitad de los cursos universitarios que se impartirán serán una mezcla entre materia online y curso presencial", ha subrayado.

Innovación e interdisciplinariedad

El director general de Educación de la Comisión Europea ha señalado que la complejidad del mundo que vivimos obliga a que la innovación pase por "una cooperación flexible entre individuos e instituciones. La mayoría de los problemas que conocemos hoy no se prestan a ser tratados de manera monodisciplinar ni vertical". Así, considera que hoy en día la verticalidad, el excesivo control y falta de flexibilidad hace perder a las instituciones educativas "el monopolio de la transmisión y certificación del conocimiento".
Como recetas para la mejora de los sistemas educativos y para adecuarlos a la coyuntura del futuro, Prats explica que la evolución pasa por la interdisciplinariedad y el cambio de roles de la universidad, pasando "del control a la supervisión, y dejando el criterio de la excelencia para centrarse en el impacto en la sociedad" que la institución educativa tiene. Para poder alcanzar estos objetivos, ha precisado que "hay que exigirle mucho más a la universidad, pero dejarla mucho más libre en la manera de conseguir lo que se le exige".
Finalmente, ha asumido la incapacidad legislativa de los organismos europeos para modificar el sistema educativo, ya que las competencias son estatales. Eso sí, ha recalcado que "los paises que han entendido cuál es el secreto de su futuro han entendido la importancia del capital humano".

Fotografía: Juan Manuel Serrano