Edurne Portela o la incansable exploración de la violencia

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Santander, 9 de julio de 2021- Suele decirse aquello de que cada artista tiene su obsesión; temas y asuntos a los que regresa una y otra vez de mil maneras distintas y de los que pocas veces consigue desengancharse. Si es cierto el adagio, la de Edurne Portela (Santurce, 1974) es, sin duda, la violencia.

La escritora e historiadora vasca, que ha participado esta semana en los Martes Literarios organizados por la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), ha construido gran parte de su obra literaria y ensayística en torno al uso de la fuerza, ya sea por razones de género o de ideología. Si en Mejor la ausencia (2017), su debut novelístico, narró las experiencia de una niña vasca durante los años de plomo de ETA, en Formas de estar lejos (2019) se centró en la contaminación de una relación corroída por los malos tratos.

Portela, ardua defensora de las causas injustas, se define a sí misma como una escritora "intuitiva" pero "metódica". "No soy el tipo de escritora que hace un plano general de la obra y tiene en mente los personajes y su trama, pero soy disciplinada, por ejemplo, en cuanto a las horas de trabajo", afirma.

Forjada por el boom latinoamericano, por obras sobre la memoria y el testimonio como las de Primo Levi o Charlotte Delbo y por el estilo narrativo de la escritora húngara Agota Kristof, la escritora santurzana califica el panorama literario actual como "muy rico, muy plural y muy diferente". "Entre mis colegas hay gente a la que admiro mucho", señala. Habla de autoras como Sara Mesa, Marta Sanz (quien también participará en los Martes Literarios la próxima semana), o la ecuatoriana Mónica Ojeda, inmigrada a España hace años y cuya visión y uso del lenguaje constituye un "ejemplo de la riqueza de nuestra literatura".

Su llegada a la UIMP, además, ha coincidido con la impartición esta semana del seminario 'Políticas públicas de memoria democrática', un asunto muy subyacente en su última novela (Los ojos cerrados, 2021). "Hay un gran desconocimiento, o, mejor dicho, una tergiversación clara de lo que fue la Historia, del golpe militar de la Guerra Civil y de los 40 años de dictadura que siguieron; y prueba de ello es la barbaridad que dijo Pablo Casado el otro día en el Congreso", afirma.

Para subsanarlo, la receta es categórica: "Hace falta pedagogía, remitir a la verdad histórica, a testimonios y a fuentes con el objetivo de que no haya espacio para la tergiversación sobre lo que supuso nuestro pasado", subraya. "Creo que cualquier persona con un mínimo de decencia vería que la principal reivindicación en torno a la memoria democrática no tiene que ver con el revanchismo, sino con el conocimiento del pasado y la reivindicación de la justicia", expone.

Para ello, Portela pide a los detractores que "prueben a hacer un pequeño ejercicio de empatía, como es imaginar que sus familiares yacen en una fosa común y que no les han podido dar sepultura digna porque nadie sabe dónde están".

Desgraciadamente, la semana que termina ha estado igualmente marcada por el terrible asesinato de un joven homosexual en A Coruña. "Fallan muchas cosas para que haya ocurrido esto, y hay una responsabilidad por parte de los discursos de odio que se están permitiendo en el espacio político", señala la escritora, que no olvida que “el papel de los medios de comunicación es fundamental para llamar a las cosas por su nombre e informar como se debe”.

Tras haber publicado este año, Portela afirma que no tiene nuevos proyectos de peso en mente –aunque sí ideas–. A pesar de ello, no duda de que seguirá explorando ese enorme y oscuro universo al que regresa sin tregua una y otra vez. Ese "mono en la chepa", como lo llama ella, que no se baja y que alimenta su curiosidad por las mil y una formas de violencia que envenenan la sociedad desde el origen de los tiempos.

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