Edurne Portela, escritora: “Siempre se han pagado peajes por posicionarse, pero hay que hacerlo y asumir las consecuencias”

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Santander, 11 de julio de 2023-. El ciclo de los ‘Martes Literarios’ de los Cursos de Verano de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) prosigue hoy y lo sigue haciendo hablando en femenino. Tras el homenaje a Almudena Grandes y las intervenciones de Pilar Adón, Lidia Jorge y Rosa Berbel llega la oportunidad de conversar sobre la obra de Edurne Portela. La escritora ha confesado en una entrevista que “es la segunda vez que estoy en este ciclo y me hace mucha ilusión por el prestigio de la Universidad, por volver a Santander y porque está garantizada una conversación interesante y un público curioso con ganas de dialogar”.

En su primera vez en los ‘Martes Literarios’, Edurne Portela desgranó su obra pero también la que era su última novela por aquel entonces, ‘Los ojos cerrados’, mientras que ahora la aproximación se hará a otra novela, ‘Maddi y las fronteras’. “Es diferente a todo lo que he escrito con anterioridad, está basada en una mujer que realmente existió, María Josefa Sansberro, una mujer que fue muy peculiar por las cosas que hizo en la vida”, explica. “Fue una mujer valiente que se posicionó en una época muy dura como fue la de la ocupación alemana de Francia durante la Segunda Guerra Mundial, dejó muy poquitas huellas en el archivo histórico pero se saben algunas cosas de ella y yo construyo la novela sobre ese archivo”, profundiza.

Su primera incursión en una novela basada en hechos reales le lleva a hablar de dos cuestiones, su papel como historiadora y su implicación con la realidad que le rodea. Sobre la primera cuestión asegura que “nunca me he sentido historiadora de verdad porque no he ejercido, me siento un poco impostora cuando se habla de mí como historiadora. Pero sí es verdad que hay una mirada histórica bastante exigente y respeto hacia la verdad histórica, soy tajante en eso y me viene de la disciplina de haber estudiado Historia”. El carácter de la protagonista de su novela, Maddi, le lleva a analizar el peaje que se paga por posicionarse y ahí no destaca épocas, pero sí consecuencias.

Asumir las consecuencias

“Siempre se paga, lo que pasa es que el peaje varía según la época de la historia. Hubo épocas en las que la gente pagaba con su vida, ahora pagamos con el señalamiento público, con el acoso que se da en las redes sociales, con el intento de desprestigio cuando dices algo que no sienta bien a un sector, sobre todo político”, resalta. Sin embargo, a pesar del peaje, la escritora tiene claro que “creo que hay que posicionarse, sobre todo, cuando se es consciente de una injusticia y luego asumir las consecuencias”.

La valentía y la intensidad de su último personaje le lleva también a afirmar que “este libro me ha dejado todavía en él” cuando se le pregunta por un próximo proyecto, aunque se atisba algo que puede extraerse del epílogo de ‘Maddi y las fronteras’. “Ahí dejo una serie de reflexiones, me he quedado con cuestiones flotando y ahora estoy en un proceso, a través de la escritura porque es como yo pienso, que no sé si será algo que se podrá publicar o un proceso íntimo para cerrar este capítulo”.

La violencia en la obra de Edurne Portela

Una de las características de la obra de la literatura de Edurne Portela es el estudio de la violencia, temática que aparece en muchas de sus novelas lo que le lleva a afirmar que “no puedo decir que no sea una obsesión porque sí lo es”. “Creo que la violencia es parte de nuestras sociedades y del ser humano. Los humanos a veces dirimen sus diferencias a través de la violencia y eso no significa que siempre sea una violencia visible, física o extrema, pero sí es verdad que la violencia está en nosotros y es muy difícil que no la sufran los más vulnerables”, profundiza. En ese análisis durante la conversación, Portela asegura que “me preocupa e intento entender cómo actuamos según qué situaciones sociales”, pero introduce otra variable, tratar de entender las heridas que deja esa violencia.

“Para mí es fundamental, no es que piense que la violencia es inevitable y ya está, hay formas de evitarla o hacerla menor. Pero cuando se produce siempre deja una herida y cómo tratamos esa herida individualmente y como sociedad también nos define”, argumenta. Ahí enlaza con el pasado histórico de España y señala como heridas las causadas por la Guerra Civil y la dictadura, pero también las que causa “el olvido por decreto” hacia las “víctimas que pedían y siguen pidiendo un proceso de justicia y reparación. “Todas las sociedades tienen sus heridas a nivel micro y marco y nos define qué somos en el presente cómo tratamos las heridas del pasado”, cuenta. Una afirmación que le conduce directamente a nuestro país y que le lleva a sentenciar que “me gustaría vivir en una España en la que algo tan básico como dar sepultura a un ser querido no sea un problema político”.

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