Expertos en enfermedades parasitarias denuncian el “egoísmo” del mundo desarrollado al no invertir en su investigación

Santander. –"Las enfermedades parasitarias afectan a miles de millones de personas en el mundo, y normalmente a los pobres". Por eso, el experto del Centro de Investigaciones Biológicas del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), Vicente Larraga, que dirige un seminario en la UIMP sobre enfermedades relacionadas con la pobreza, ha denunciado "el egoísmo y la falta de solidaridad de los gobiernos de los países occidentales para invertir en investigación de este tipo de afecciones de los países subdesarrollados". En la misma rueda de prensa, Antonio Osuna, presidente de la Sociedad de Parasitología de España, ha recordado que "sólo un tercio de la población mundial vivimos libres de parásitos, mientras la malaria mata a más de un millón de personas al año", por lo que ha considerado que el estudio de las enfermedades parasitarias debería realizarse por "solidaridad humana".

Asimismo, Vicente Larraga ha puesto de manifiesto el cambio que han supuesto los últimos avances tecnológicos y ha recordado, como ejemplo de ello, "el Proyecto Genoma Humano o mapeo de la secuencia de ADN que comenzó en 1990 y finalizó en 2003, mientras que ahora analizar un genoma completo cuesta ocho horas en lugar de trece años".

Respecto a los avances en investigación, Vicente Larraga ha afirmado que "resulta muy esperanzador", aunque ha especificado que los parásitos responsables de estas enfermedades "llevan mucha ventaja", por lo que "siempre vamos a perder la carrera", ya que "mientras que los científicos llevamos alrededor de ciento cincuenta años estudiando, los parásitos llevan existiendo quinientos millones de años, adaptándose al medio y sobreviviendo".

Sobre la reducción de las partidas asignadas a investigación por efecto de la crisis, Larraga y Osuna han reconocido que ha resultado "fatal" y que "tienen que hacer milagros" con un treinta por ciento menos de recursos. También han lamentado "la pérdida de jóvenes talentos que, tras ser formados en España, acaban trabajando en Estados Unidos, Reino Unido o Alemania".

A pesar de que varios investigadores sitúan el potencial riesgo de reaparición del parásito de la malaria en España en niveles muy bajos (debido en parte al nivel socioeconómico), no se debe bajar la guardia. Según Antonio Osuna, catedrático de la Universidad de Granada, "estas enfermedades no conocen fronteras, por lo que es necesario continuar con el esfuerzo realizado por la Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica en radios de hasta dieciocho kilómetros de los aeropuertos internacionales como el de Barajas Adolfo Suárez".