Gutiérrez Aragón conquista su “templo del saber”

Santander.– Cuando era niño, Manuel Gutiérrez Aragón, soñaba con conquistar "una península mágica, con una colina verde coronada por un templo del saber": la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP). Años después, ha conseguido su objetivo: la institución le ha concedido el VI Premio UIMP a la Cinematografía.

"Una buena mañana, me planté ante la puerta de entrada... casi se podía sentir el olor de la ciencia y la modernidad pero... ¡oh desilusión! La puerta del saber era infranqueable. Un funcionario me cortó el paso: cómo pretendía un joven provinciano que aún no había terminado el bachillerato entrar en la península mágica, en el lugar reservado a los que de verdad tenían mérito", ha recordado el cineasta cántabro en el acto de entrega. "Esta vez he conseguido convencer al guardián y aquí estoy –ha comentado- y puedo comprobar que año tras año la UIMP sigue siendo el lugar donde se cruzan las ciencias y las artes".
Gutiérrez Aragón ha hecho también referencia a su amigo José María Merino, encargado de la laudatio, y ha explicado que "el que más parecía inclinarse por el cine era Merino, ya ven... En el reparto definitivo de papeles de la obra: a mí me tocó el de director de cine y a él el de novelista pero créanme si les digo que podía haber sido al revés".
Merino también ha recordado los tiempos en los que comenzó su amistad con el director de Camada negra, cuando aquella generación descubrió "el existencialismo y el marxismo". En esos años "de los primeros satélites artificiales, de los astronautas pioneros, en los que pensábamos que el fútbol se manipulaba como auténtico 'opio del pueblo', y al hilo de la Guerra Fría y del ominoso miedo atómico no es extraño que nos interesásemos por la ficción", ha asegurado.
El escritor ha hablado sobre la trayectoria de Gutiérrez Aragón y ha destacado "la singularidad de su obra cinematográfica, su personalidad diferenciada, un cine marcado por el sello inconfundible de su director que no se parece a ningún otro". "Se trata de un cine, como lo ha definido el mismo en alguna ocasión, 'sonambúlico' que trasciende siempre las apariencias rutinarias de la vigilia", ha señalado.
Con ese punto de partida y tras repasar la obra cinematográfica del premiado, Merino ha ahondado en la adaptación de El Quijote que Gutiérrez Aragón realizó para TVE. En ella, el cineasta cántabro ofreció una nueva interpretación de la obra cervantina, con su propio lenguaje creativo, en la que rompió los tópicos sobre el paisaje e incluso sobre la esencia de los personajes.
Por su parte, César Nombela ha destacado que "el joven que quiso ser escritor y acabó entre guiones y claquetas, supo trasladar a la gran pantalla un universo narrativo en el que siempre ha latido de manera inequívoca esa primera vocación literaria". Y aunque hace varios años la UIMP fue escenario de su 'renuncia' al mundo del cine, el rector le ha retado para que vuelva a su "cine de orfebrería" y lleve a cabo su asignatura pendiente: una película sobre el Valle del Pas. Así, ha concluido el rector, Gutiérrez Aragón volvería a dejar la impronta de cántabro universal.

A la ceremonia de entrega han asistido el alcalde de Santander, Íñigo de la Serna, el concejal de Cultura del Ayuntamiento de Santander, César Torrellas, el portavoz parlamentario del PRC, Rafael de la Sierra, y parte del equipo de Gobierno de la UIMP. 

 

Fotografía: Pablo Hojas