Santander. –El pensamiento de Jacques Maritain vuelve a recorrer las aulas del Palacio de la Magdalena, justo cuando se cumplen 81 años desde que el filósofo francés cristiano impartiera una serie de conferencias en los cursos de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (cuando aún llevaba el nombre de Universidad Internacional de Verano de Santander), en las que revisaba la presencia de los cristianos en el mundo social y político, así como su proyección de futuro.
"En aquel momento se plantearon cuestiones que han anticipado lo que vino después y lo que demanda la sociedad actual", ha apuntado el rector de la UIMP, César Nombela, que ha inaugurado el encuentro El desafío humanista de la actividad política. Jacques Maritain, el humanismo integral y la UIMP (1934-2014). En el acto le han acompañado los directores del curso, Jordi Giró i París, vicesecretario general del Instituto Internacional Jacques Maritain, y Gennaro Giuseppe Curcio, secretario general del Instituto Internacional Jacques Maritain, y la diputada en las Cortes Valencianas María José Catalá.
La primera ponencia del encuentro, Maritain y la política, hoy, ha corrido a cargo del expresidente del Parlament de Cataluña, Joan Rigol, que ha recordado algunas teorías del filósofo francés y ha puesto sobre la mesa dilemas de vigente actualidad. Como ha asegurado: "El sentido de comunidad se está perdiendo porque ya no se trata de la gratuidad del encuentro con las personas con las que convives, sino que se forja a través de compartir los mismos intereses". Asimismo, también se ha referido al bien común, que "algunos han querido transformar en interés común", y ha añadido: "Que el inmediatismo no nos robe el sentido profundo de lo que significa el bien común".
Para finalizar, el expresidente del Parlament ha aludido al pensamiento de Maritain, que "entendía la política como una unidad humana". Según el planteamiento del francés, "es imprescindible una visión global de la política". Por eso, como ha asegurado Rigol, si el filósofo francés levantase la cabeza nos daría tres consejos: relativizar el concepto de soberanía, dialogar "para conocernos y comprender al otro" y "después de la gran aventura humana del diálogo, se debería pactar".
Fotografía: Juan Manuel Serrano
