José Antonio Gil Celedonio, director de la Oficina Española de Patentes y Marcas (OEPM): “Es importante recordar que sin un sistema de patentes sería imposible producir avances científicos”

JMS08935

Santander, 4 de agosto de 2022.- “Es importante recordar que sin un sistema de patentes sería imposible producir avances científicos”, señala José Antonio Gil Celedonio, director de la Oficina Española de Patentes y Marcas (OEPM)  y director del XVI Seminario de la OEPM. El futuro de la propiedad industrial, a la luz de los 30 años de la Oficina Española de Patentes y Marcas, cita que se ha celebrado en el Palacio de la Magdalena de Santander como parte de la programación de los Cursos de Verano 2022 de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP).

La llegada de las nuevas tecnologías plantea un problema ético, empresarial y económico de “primera magnitud” en materia de patentes según manifiesta Gil Celedonio: “Si la tecnología necesaria para el desarrollo y la patente la ostenta monopolísticamente una única empresa, el resto de empresas no pueden acceder a ese sector que es esencial”.

Aquí comienza el “debate sobre las patentes esenciales”, un derecho de los titulares de las patentes que los reconoce sobre sus patentes pero “a la vez los obliga a que tengan licencias a precios justos con otros operadores del mercado”.

En el ámbito europeo, el director de la OEPM asegura que “ya se está pensando en cómo regular toda esta cuestión de las patentes esenciales para garantizar un acceso igualitario  a esas tecnologías”.

Acerca de esta regulación, Gil Celedonio indica que todavía se encuentra en “una fase muy inicial” y que por ahora la Comisión está ahora mismo realizando una ronda de consultas con las oficinas de patentes, los gobiernos y con el sector privado “para empezar a tener un marco y ver qué alternativas regulatorias son mejores”: “Es un asunto de gran importancia para los desarrollos tecnológicos futuros”.

“El sistema de patentes tiene que ser equilibrado”

“El sistema de patentes tiene que ser equilibrado”, dice el representante de la OEPM. Y ese equilibrio significa “conceder a empresas, instituciones públicas o privadas que investigan; que invierten mucho dinero y esfuerzo para desarrollar nuevas invenciones; y que dan soluciones a los problemas de la vida, suficientes incentivos para que lo sigan haciendo”.

A su vez, recuerda que en muchos de estos casos hay que tener en cuenta que las invenciones son de utilidad pública y por tanto “tienen que comercializarse a un precio que permita que llegue a muchos países y capas sociales”.

El debate sobre este equilibrio en el mundo de las patentes no es nuevo. Gil Celedonio explica que, de hecho, es un debate “muy tradicional” que surge “de manera evidente” con los métodos terapéuticos para combatir el VIH y que recuerda que “sin un sistema de patentes sería imposible producir avances científicos”.

Sin esta regulación, “las empresas no tendrían ningún tipo de incentivo para producir estos avances porque podrían ser copiados inmediatamente”, señala. En este punto, el planteamiento de este equilibrio “es lo más justo para todas las partes”. Además, comenta que puede servir para seguir construyendo “una Europa basada en la creatividad, en el conocimiento y la innovación” desde donde “competir frente a los gigantes mundiales”.

Patentes 5.0

“La inteligencia artificial (IA) es un campo que está afectando a todo”, dice el director del curso: “Da igual que hablemos de tecnología, de derechos, de economía, de ciencia política; la inteligencia artificial se está aplicando a todo y está teniendo un hondo impacto en el derecho de las patentes”.

Hasta ahora en este sector se distinguía entre protección mediante patente del hardware y la protección mediante derechos de autor del software. “Estamos comenzando a hablar de una manera más precisa para eliminar ese mantra tradicional”, asegura el representante de la OEPM, que explica que la inteligencia artificial ha supuesto la “hibridación” de esta protección de software y hardware dentro del sistema de patentes.

Por otro lado, la IA genera otro debate, según apunta José Antonio Gil Celedonio, “muy relevante y mucho más curioso” en el que se plantea que las máquinas que cuentan con inteligencia artificial podrían crear a su vez patentes: “Si pueden ser titulares o reconocidos como inventores de patentes”.

Esta nueva vía de pensamiento, explica, “reconocería la capacidad inventiva que está tradicionalmente asociada con la creatividad humana, a una máquina”, aunque opere bajo las instrucciones de un humano: “Es un debate de futuro muy importante”.

Futuro de las patentes

El representante de la OEPM apunta a un incremento en el número de solicitudes de patentes y marcas a nivel mundial. Asimismo,  afirma que “nos enfrentamos a un mundo que cada vez utiliza más la propiedad industrial” y que, dado que la concesión de patentes y marcas recae en el sector público, este “tiene que estar preparado”.

En cuanto al uso de marcas en entornos digitales, el metaverso está generando que este ámbito tenga que adaptarse a nuevas realidades que “no tienen fronteras”, insiste.

“Grandes empresas multinacionales ven en el metaverso un bolso que replica a un bolso real, basado en un diseño de una marca real” y por tanto,  “la empresa quiere tener también beneficios sobre eso para que no la vulneren o no falsifiquen sus productos”, explica con este ejemplo el director.

Otro de los retos que tiene este sector es mantener ese ecosistema de equilibrio para que “combata mejor los problemas del futuro como el cambio climático, la transición energética y las tendencias de la digitalización”.

Sobre el curso

El director del seminario sobre el futuro de la propiedad industrial celebra que,  durante este encuentro en el Palacio de la Magdalena de Santander, se haya reflexionado “sobre muchos temas” como la propiedad intelectual. También ha agregado que este año, “como la UIMP, institución que cumple su 90 aniversario, estamos de efemérides” ya que la Oficina Española de Patentes y Marcas cumple 30 años.

Tags: UIMP