José Nieto Barroso apela a la concienciación ciudadana para luchar contra “la esclavitud del siglo XXI”

Santander. – Entre otros factores la "empatía" con la víctima y la "cooperación internacional" son claves del procedimiento policial en la trata de seres humanos. José Nieto Barroso, jefe del Centro de Inteligencia y Análisis de Riesgo (CIAR) de la Comisaría General de Extranjería y Fronteras, ha explicado en La trata de seres humanos: prevención, protección y persecución las técnicas de investigación en este tipo de "delincuencia organizada" que se sustentan en las declaraciones de las víctimas con los problemas que esto supone.

La "punta del iceberg" de estas organizaciones son los explotadores, ha indicado, pero detrás hay toda una "estructura" formada por "captadores, sponsores (financiación), pasadores, receptores y explotadores, sin escrúpulos". Combatir este tipo de delincuencia es "complicado" porque se sustenta en las "declaraciones de las víctimas" que luego "tienen que mantener en el juicio oral".
A esto se suma que estos grupos generalmente operan a "nivel internacional". En su intervención ha recordado que España recibe gente de "todos los continentes" y por ello es "imprescindible la cooperación internacional" porque uno de los factores a tener en cuenta es "la cantidad de víctimas potenciales en los países de origen". Además, ha añadido que "a veces" este tipo de delincuencia "colapsa los juzgados pequeños" y por eso cree que sería conveniente que "la Audiencia Nacional o una dependencia judicial superior instruyera estos casos".
Según el también inspector jefe del Cuerpo Nacional de Policía, otra clave es la "empatía" porque "si supieramos realmente las historias de estas mujeres, y algún hombre, quizá cerraríamos la boca". A su juicio hay que "concienciar a la gente y el policía no está para educar. Por eso, es importante que la gente conozca la realidad de estas personas" que son "esclavas en pleno siglo XXI".


Síndrome de Estocolmo
En este sentido ha añadido un hecho frecuente y que complica más la recopilación de datos: el síndrome de Estocolmo. "Hay personas que no se sienten víctimas" porque no son conscientes de la explotación y "quieren más a los explotadores que a los liberadores". A su parecer algo entendible porque salen de "un denominado tercer mundo a un falso primer mundo y quieren estar agradecidas a la gente que las trajo", ha concuido.

 

Fotografía: Pablo Hojas