La científica Montaña Cámara recuerda los rigurosos controles a los que se someten los alimentos biotecnológicos

Santander. – Montaña Cámara, profesora titular de Bromatología de la Facultad de Farmacia de la UCM y directora de los Cursos para Extranjeros de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) ha analizado durante una jornada dedicada a la innovación de la biotecnología en alimentación y salud, el papel que ocupa esta nueva ciencia, que permite, entre otras muchas cosas, mejorar el valor nutritivo de los alimentos. "Este método está sometido a rigurosos controles y exámenes que no se aplican a ningún otro alimento a día de hoy", ha asegurado la científica. Además, cada producto comercializado con contenido transgénico lleva implícito un sistema de trazabilidad en el que, después de recibir el visto bueno científico y ser comercializado, se sigue controlando por si se diera algún efecto no deseado. A día de hoy, ha añadido, no se ha dado ni un solo caso de alerta por este motivo.

Los próximos desafíos a los que se enfrenta la agricultura, en opinión de Montaña Cámara, "hacen necesarios los estudios de los avances en la biotecnología con organismos modificados genéticamente (OMGs), que se definen como organismos en los que el material genético (ADN) ha sido alterado mediante combinaciones que no ocurren de forma natural". Una de sus ventajas es que no requieren un aumento considerable de la superficie de cultivo, y además necesitan menos insecticidas y herbicidas, ya que son resistentes a diferentes plagas o enfermedades. Países como Brasil o la India han desarrollado este tipo de cultivos en pocos años. Brasil es el país que más incrementó la siembra de cultivos biotecnológicos y es el segundo mayor productor, con el 21% del total sembrado a nivel mundial. Actualmente, este país tiene aprobados biocultivos de soja, algodón y maíz.

Montaña Cámara ha asegurado que "la Unión Europea llamó a cumplir el reglamento todos los estados miembros desde 1997", y ha mencionado lo ocurrido en el puerto de Barcelona en 1987: "Una descarga de grano de soja se asoció a un incremento del número de asmáticos que precisaron ingreso hospitalario, y produjo dos muertes por esta causa", a raíz de lo cual se diseñó el control del riesgo con las estrictas medidas de seguridad adoptadas por la Administración.

Respecto a la legislación europea sobre alimentos, Cámara ha puesto el ejemplo de diferentes situaciones: "El kiwi llegó a España antes de la Regulación Europea de 1997 y no precisó de investigaciones regladas por la UE". "Sin embargo, -ha explicado- el noni (procedente del Pacífico) llegó a nuestras tierras en 2003 y necesitó ser aprobado para autorizar su comercialización". Fue con la Decisión 2003/426/CE de 5 de junio.

La investigadora también se ha referido a los países que entraron a formar parte de la UE después de 1997, a los que se ha facilitado "el principio de reconocimiento mutuo que garantiza la libre circulación de mercancías y servicios sin que sea necesario armonizar las legislaciones". Esto implica, en palabras de Montaña Cámara, que "la venta de un producto legalmente fabricado en un Estado miembro no puede estar prohibida en otro Estado miembro, aunque las condiciones técnicas o cualitativas difieran de las impuestas a los propios productos". Sólo existe una excepción y, en caso de interés general (protección de la salud, los consumidores o el medio ambiente), se aplican condiciones estrictas.

 

Fotografía de Juan Manuel Serrano