La UIMP da voz a las víctimas de ETA ante la tentación del olvido colectivo

Santander.– "Nosotros mismos edulcoraremos nuestro pasado por amor, escondiendo las heridas para posibilitar un futuro de nuestros hijos y nietos sin odio". Con esta contundente afirmación se ha expresado Conchita Martín, víctima del terrorismo tras el atentado que acabó con la vida de su esposo, el teniente coronel Blanco, durante una mesa redonda que ha abordado desde diferentes perspectivas la memoria de las víctimas en el encuentro Las víctimas del terrorismo y la memoria colectiva.

Todo ello para expresar las dificultades de mantener una memoria colectiva amenazada por un olvido deliberado que permita seguir adelante. Junto a Martín han estado Sonia Ramos, directora general de Apoyo a Victimas del Terrorismo del Ministerio del Interior, Jaime Larrinaga, presidente del Foro El Salvador, Daniel Portero, víctima del terrorismo y presidente de la Asociación Dignidad y Justicia, y Teresa Jiménez Becerril, víctima del terrorismo y eurodiputada en el Parlamento Europeo.
Sonia Ramos ha expresado que "la memoria es tan necesaria como compleja", ya que obliga a las instituciones a añadirla a la agenda pública, "que muchas veces es hostil". En este sentido, ha asegurado que "un derecho a la memoria de las víctimas es exigible de manera legal, pero también para la sociedad. Solamente con la denuncia pública de lo sufrido por las victimas podremos evitar que ocurra en el futuro".
Por su parte, Jaime Larrinaga, antiguo párroco de Maruri, ha analizado la deuda histórica de la Iglesia vasca con las víctimas. Haciendo alusión a la Iglesia, ha reconocido que muchas víctimas le han expresado que recibieron "muy poco o nada de consuelo", lo que ha mencionado como "la prueba más evidente de que la Iglesia tiene que pedir perdón porque no se portó como debía haberse portado".
"Sin justicia es difícil que haya memoria", ha defendido Daniel Portero, víctima y presidente de la Asociación Dignidad y Justicia. Portero ha explicado que, tras el cese definitivo de la violencia etarra, "tenemos que luchar por hacer justicia a los 379 casos de asesinato de ETA sin resolver. Con ese objetivo nació esta asociación, que finalizará su cometido cuando estos casos estén resueltos".
Por último, Teresa Jiménez Becerril, víctima del terrorismo y eurodiputada del Parlamento Europeo, ha ahondado en la idea de la "tentación del olvido". De esta manera, ha sido crítica al afirmar que "no hay que premiar a ETA por dejar de matarnos. El premio al que aspira ETA es a nuestro olvido; no aspira a que les perdonemos. Aspira a la aceptación, porque mediante esta aceptación la sociedad va poco a poco comprando su mercancía profundamente falsa".

Fotografía: Juan Manuel Serrano