Santiago Posteguillo, escritor: “La Historia enseña que, tarde o temprano, todo dictador cae"

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Santander, 2 de agosto de 2022-. Uno de los nombres propios de la novela histórica en España, Santiago Posteguillo (Valencia, 1967), tiene una cita con la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) en la séptima semana de los Cursos de Verano 2022 de Santander, de la que forma parte dentro del cómputo de escritores congregados por la institución, en su caso, para impartir un coloquio dentro del curso ‘La historia de España desde la novela histórica’ y protagonizar los ‘Martes literarios’ que ocupan el Paraninfo.

En una de las paradas durante su periplo hacia el Palacio de la Magdalena, sede de verano de este centro de alta cultura que este año celebra su 90 aniversario, Posteguillo atiende una entrevista telefónica con la UIMP en la que Roma soy yo (Ediciones B, 2022) –última novela del autor–, y sus paralelismos con la sociedad actual, se convierten en el objeto protagonista de la conversación.

El escritor, Premio Planeta 2018, no duda en establecer una analogía entre la república romana de finales del siglo I a.C., oligarquía dominada por unos pocos que querían todos los privilegios y derechos para ellos, y la Rusia de Putin. Julio César, por su parte, representa para Posteguillo a ese gobernante que quiere distribuir más derechos entre la población, que se levanta y lucha por  cambiar un modelo injusto. “Es un personaje que, como muestro en Roma Soy Yo, lucha contra la corrupción y contra ese elitismo que no quiere ni libertades, ni derechos, ni reparto de riqueza y tierras de forma equilibrada entre todos”, remarca.

Desde su punto de vista, “la Historia te enseña que, más tarde o más temprano, los dictadores caen”, y eso es algo que su relato de Julio César pone de manifiesto, a juicio del escritor, a través de la revolución que propone para sustituir al régimen de Sila, dictador romano.

Posteguillo, en referencia a su relación actual con este proyecto, asegura mantenerse en el planteamiento inicial de la aventura emprendida junto a Julio César: hacer seis novelas para contar su vida porque, aunque afirma haber conseguido condensar las historias de Escipión o Trajano en trilogías, o en una biología en el caso de Julia Domna, explica que la juventud del emperador, su ascenso al poder, la guerra de las Galias, la guerra civil, la relación con Cleopatra y su “tremendo” final, “no caben en dos libros”. “Voy con este proyecto adelante. Espero sacar en un año y medio la segunda parte”, añade.

El novelista confiesa durante la conversación que una de las cualidades que le llevan a admirar a este personaje es su lucha activa contra la corrupción; como intenta, en los juzgados de Roma, transformar su mundo en uno más justo. “Julio César lucha contra un sistema judicial corrompido en el que Sila ha evitado que los senadores puedan ser juzgados por jueces independientes, y hace que se apruebe una ley para que los senadores sólo puedan ser juzgados por otros senadores. Con esto, vas viendo que se carga cualquier posibilidad de independencia judicial y se van planteando problemas en la novela que seguramente, no tenemos bien resueltos hoy en día”, apunta Posteguillo.

Preguntado por el marco tan volátil y cambiante sobre el que las leyes de educación fluctúan en España, Posteguillo expone de forma rotunda su creencia de que toda la clase política en su conjunto –desde el 78 en adelante–, está errando al modificar una y otra vez estas normas. “Creo que llevamos ocho leyes de educación y tanto los gobernantes de un color como de otro no han conseguido arreglar nada. Creo que lo están haciendo francamente mal”, afirma.

Sobre su participación en la programación de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), Posteguillo subraya que le parece “muy interesante” la recuperación se hace de un edificio histórico como el Palacio de la Magdelena, que antes era de un disfrute “muy personalizado'': “Ahora es un edificio abierto a generar cultura a toda la sociedad de Santander y de Cantabria. En este sentido, me parece una labor magnífica la que hace la UIMP”.

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